Mañana los trabajadores peruanos celebran la conquista de la jornada laboral de las ocho horas que fue reconocida un 15 de enero de 1919 durante el gobierno de José Pardo y Barreda.Fueron años de constante lucha de los obreros en todo el país y los periodistas también pusieron su cuota de sacrificio para conseguir este beneficio que ya se daba en otros países.Sobre el particular una breve reseña que expuse, entonces en mi calidad de primer vicedecano del Colegio de Periodistas de Lima, en el 2015, durante la premiación que el CPL hizo a varios colegas que se desempeñaron también como dirigentes sindicales en sus respectivos medios de comunicación.
Si bien la muerte de los ocho mártires de Chicago es el motivo sobre el cual se inspira el movimiento obrero mundial, para obtener las 8 horas; no hay que olvidar que en Perú esta lucha tuvo su propio desarrollo y donde el periodismo tuvo actuación especial. Recuerda Basadre que hacia 1896 se realizan huelgas de textiles, tipógrafos y pasteleros en Vitarte y Lima, al punto que el presidente Piérola se ve obligado a recibir a sus representantes en Palacio de Gobierno. Aquí ya se hablaba de implementar las 8 horas. En 1901, el maestro Ramón Espinoza organiza un “congreso obrero” sobre la necesidad de establecer las 8 horas. El 1 de Mayo de 1904 se inicia en el Callao, la primera huelga importante en la historia del Perú, donde los estibadores consiguen la jornada laboral de 8 horas y en la cual muere Florencio Aliaga, primer mártir de las ocho horas en el Perú. Tras los sucesos, el Congreso encarga a José Matías Manzanilla la primera legislación sobre Trabajo.
El 1 de mayo de 1905, la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú” conmemora por primera vez “El Primero de Mayo” en Perú, en un acto donde Manuel González Prada lee su célebre ensayo “El intelectual y el obrero”, al año siguiente, la Federación incorpora en su declaración de principios que se establezca la lucha por las 8 horas.
Finalmente la conquista por las 8 horas recién se conseguirá en Perú en 1919, a través un decreto dado el 15 de enero del año de 1919, por el gobierno de José Pardo y Barreda.
Todo esto, se da con la masiva aparición de una activa prensa obrera y en la cual los periodistas, desarrollan una intensa labor de difusión y propaganda.
En Chiclayo, aparece el periódico “Justicia” en 1905, “La Protesta Libre” en 1906 y “La Abeja” 1910. En Ferreñafe: “El Obrero” en 1903” y “El grito del pueblo” en 1908. En Trujillo: “La antorcha” en 1903, “El jornalero” en 1906, “El libertario” en 1918. En Pasco: “La voz del Obrero”, en 1912. En Arequipa; “El ariete” en 1901; “Bandera roja” (1907); “El Primero de mayo” (1911) y “La Federación” (1915). En Puno: “La voz del Pueblo” (1914).
En Lima: “El obrero Perú” (1902); “Los parias” (1904); “Redención” (1905); “Simiente roja” (1905); “El oprimido” (1907); “La protesta” (1911); “La Acción Popular” (1911); “El proletario” (1914); “El nivel” (1914); “El sindicalista” (1915); “El obrero organizado” (1915); “El obrero panadero” (1916), “La verdad” (1916); “El nudito” (1919); “El obrero gráfico” (1919) y “El obrero textil” en 1919.
Jorge Basadre también señala que en 1897 circuló el diario La República, vocero del partido Liberal Democrático, donde se daba espacio a los trabajadores, pero tuvo corta duración.
En 1900 apareció en Lima el diario El Siglo XX que salía con tres ediciones, la primera en la mañana, la segunda al mediodía y la última en la tarde con una sección destinada a la vida obrera; lo dirigía José Santos Chocano.
Los periodistas peruanos no deben olvidar a esta “prensa social y solidaria” que contribuyó con su pluma a la obtención de los derechos de los trabajadores, la misma que ha sido interesadamente olvidada y sepultada en la Historia del Periodismo Peruano. Al llegar la década de 1920, tras esta experiencia periodística aparecerán las grandes publicaciones políticas como “Amauta”, “Labor” y “Claridad”, pero esa es otra historia. Coherente la iniciativa de honrar a los periodistas que han seguido una trayectoria destacada en la defensa gremial, dignos herederos de periodistas que fundaron la prensa social y solidaria en el país.
Por todo ello, la celebración del 1 de mayo no está desligada de nuestra profesión.
O sino, recordemos que fue a partir de la década de los años 50 del siglo pasado en que los periodistas empiezan a tener mayor participación en la defensa de los derechos gremiales de los trabajadores de la prensa. Por ejemplo, se fortalecen la Asociación Nacional de Periodistas, la Federación de Periodistas del Perú, la Asociación de Reporteros Gráficos y los círculos de periodistas en los diarios de Lima. A partir de los años 60 suman decenas los hombres y mujeres de prensa que cumplían con su misión de informar con responsabilidad, pero también se integraban a los sindicatos de los trabajadores de sus respectivos diarios. Todos los periodistas presentes, recordamos que antes era una decisión de alto riesgo pertenecer al sindicato en su respectiva empresa, debido a la presión que ejercían los dueños contra los sindicalistas, pero sobre todo contra los dirigentes. Ahora los sindicatos casi no existen o se han convertido en una quimera en los diarios.
Por eso resulta pertinente recordar la buena labor dirigencial que tuvieron muchos colegas en los medios periodísticos. Por ejemplo no podemos olvidar que Carlos Lavy Carrión y Carlos Pazos Bergonzoli se convirtieron en pilares del sindicato de trabajadores del diario Comercio, donde promovieron una huelga de varios días que hizo temblar a los dueños del decano de la prensa. También hubo huelgas u otras medidas de fuerzas en los diarios Expreso-Extra, Correo-Ojo y en el diario La Prensa. Muchos de aquellos periodistas líderes de su respectivo sindicato tuvieron que trabajar con una espada de Dámocles que pendía sobre ellos si seguían defendiendo a los trabajadores y a los periodistas. Aun así, estos colegas no se rindieron ante el asedio de los dueños, prefirieron soportar las represalias antes que claudicar y por eso fueron despedidos de los diarios, pero; como podemos comprobar, hoy viven con la frente en alto, recibiendo el reconocimiento y respeto de familiares y colegas por la valiente labor cumplida. Hoy tenemos a varios de ellos aquí presentes, para ser reconocidos por la valiente misión que cumplieron en defensa de los derechos de los trabajadores de la prensa.
Me siento plenamente identificado con la trayectoria gremial de nuestros colegas presentes, pues yo también fui dirigente del Sindicato de Empleados y Periodistas del diario La Prensa durante siete años consecutivos, en la década de los años 70 acompañado de colegas muy correctos, algunos de los cuales ya descansan en la paz del Señor.
En esta época en que prevalecen la Tecnología de la información y la Comunicación, sabemos que los sindicatos seguirán debilitados y simplemente no existen derechos laborales para los hombres de prensa.
Por eso hacemos un llamado a los empresarios para que practiquen la solidaridad y se vuelvan más humanos, especialmente con los trabajadores periodistas que laboran en los medios de comunicación. No perdamos la esperanza, de que, en un tiempo no muy lejano, seguirán apareciendo nuevos líderes gremiales que con respeto, pero con mucha energía, seguirán abogando por los derechos conculcados a los hombres de prensa.
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