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jueves, 28 de enero de 2021

AGRADECIMIENTO DEL PRESIDENTE DE APEPOL

 

De vuelta al seno del hogar, luego de la gran cadena de oración por parte de familiares, colegas y amigos que desde nuestro Perú y en el extranjero elevaron ante el Señor Todopoderoso, y Papálindo escuchó y protegió mi vida, pues ni siquiera permitió que el virus chino me acosara . Tengo otras patologías fuertes y estoy sometido a los tratamientos correspondientes hasta conseguir que los médicos de Essalud me operen. Por lo pronto, estoy en lista de espera y me aplican ampoyas que me permiten esperar casi sin dolor de mis huesitos. Me siento un hijo muy bendecido por Diosito, pues de otra manera no podría explicar las numerosas manifestaciones de identificación, respeto y estimación de mis colegas que han trabajado conmigo en diferentes medios de comunicación de la capital, en el sector público y como líder de mi empresa editora por más de 53 años de periodismo y también como dirigente gremial y de nuestra orden profesional. Precisamente hago llegar un agradecimiento especial al Consejo directivo del colegio de Periodistas de Lima que preside el decano Ricardo Burgos Rojas, quienes apenas fueron informados de mi internamiento en Essalud, me hicieron llegar sus muestras de solidaridad incluyendo un apoyo económico que alivió en parte las obligaciones en mi hogar. Gracias Maritza Juárez, el Señor te protege. Reconocimiento para mi colega Carmen Silvia Pitot Guzmán, también para mis amigos de la villa del Periodistas de Santa Clara, donde vivo hace más de 34 años, con Anita Santa Cruz, la familia Meyzán, Carlos Castro, liliana Rojas y muchos colegas y vecinos que elevaron a diario cadenas de oración y el Todopoderoso respondió con su amparo. Estoy de vuelta al barrio para seguir ejerciendo esta gran profesión de periodista al servicio de nuestro querido Perú. Reconocimiento a mis hijas Zulema, Mónica, Jacky, Karla e Hilda, mis 15 nietos, tres bisnietos y la mamaleo, quienes desde el extranjero y Perú, respectivamente fueron y son mis ángeles de la guarda que en todo momento se preocuparon y me cuidaron. Carmelita Siu Llaguno, querida esposa, eres grande y hermosa, te amo.

A 38 AÑOS DEL CRIMEN - ANP

 ANP demanda allanamiento del Estado peruano en caso Uchuraccay 

La Asociación Nacional de Periodistas del Perú, en el 38 aniversario del asesinato de 8 periodistas, un guía y un comunero en las alturas antoandinas de Uchuraccay, ha demandado el allanamiento del Estado peruano. El caso Uchuraccay fue admitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el 2010, y en esa instancia los familiares han solicitado que el Estado reconozca su responsabilidad en el crimen al no garantizar el acceso a la justicia ya que las autoridades policiales, judiciales no investigaron debidamente la participación de los integrantes de las fuerzas de seguridad y militares, entre otras irregularidades existentes en los procesos penales.

A dicho pedido se han sumado más de un centenar de periodistas de todo el país que se unieron al reclamo por justicia para los Mártires de Uchuraccay.

Con una fuerte campaña de clictivismo, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) ha hecho presente el reclamo por la deuda de justicia existente desde el asesinato de los Mártires de Uchuraccay.

Este 26 de enero, la ANP estrenó el documental "Uchuraccay: ir donde está el silencio" (ver aquí: https://youtu.be/iBZ0MdLUA-Y) , que recoge las conclusiones de las investigaciones que se han hecho sobre el caso (Comisión Vargas Llosa, Comisión de la Verdad y la Reconciliación y el propio proceso en tribunales peruanos) y plantea preguntas que para los periodistas y familiares aún están pendientes de resolver. En horas de la noche la ANP Huamanga realizó una ceremonia virtual con presencia de los familiares de los mártires.

Este año, por razones sanitarias, no fue posible realizar la Ruta por la Paz y la Reconciliación Nacional. Periodistas huamanguinos y huantinos responsablemente tomaron la decisión de no poner en riesgo de contagio a los pobladores de Uchuraccay.

El caso Uchuraccay fue el primer mayor crimen colectivo contra periodistas en el mundo. Jorge Sedano Falcón (Diario La República), Eduardo de la Piniella Palao (El Diario de Marka), Willy Retto Torres (Diario El Observador), Pedro Sánchez Gavidia (El Diario de Marka), Amador García Yanque (Semanario Oiga), Jorge Luis Mendivil Trelles (Diario El Observador), Félix Gavilán Huamán (El Diario de Marka), Octavio Infante García (Diario Panorama de Huamanga), el guía Juan Argumedo García y el comunero Severino Huáscar fueron cruelmente asesinados el 26 de enero de 1983.

Lima, 16 de enero del 2021

SECRETARIA EJECUTIVA DE COMUNICACIONES ANP

UCHURACCAY EN EL RECUERDO

 


Uchuraccay, 38 años después : ¡Sociólogo Eduardo De la Piniella, presente!
Se cumplen 35 años de la matanza de ocho periodistas, un guía y un comunero en la comunidad de Uchuraccay, en las alturas de Ayacucho.
El hecho ocurrió el 26 de enero de 1983 y se convirtió en la mayor tragedia del periodismo peruano.
Las víctimas, que se dirigían a cubrir la información de unos enfrentamientos contra Sendero Luminoso que habían dejado varios muertos en la zona, fueron los periodistas Eduardo de la Piniella, Jorge Sedano, Amador García, Luis Mendívil, Félix Gavilano, Pedro Sánchez, Octavio Infante y Willy Retto, su guía, Juan Argumedo y el comunero uchuraccaíno Severino Huáscar Morales, quien trató de defender a los periodistas.
Uno de ellos, Eduardo De la Piniella también había estudiado Sociología en la Universidad Inca Garcilaso De la Vega, donde destacó como líder estudiantil, mariateguista "convicto y confeso"; con quien militamos en IU hasta su terrible asesinato.
El hecho causó tanta conmoción que el Gobierno de Fernando Belaunde (1980-1985) conformó una comisión investigadora presidida por Mario Vargas Llosa, que en su informe final concluyó que los campesinos eran los únicos responsables, algo que siempre han rechazado los familiares de las víctimas, que sostienen que hubo militares "infiltrados" que azuzaron el linchamiento.
Según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación presentado en 2003, las víctimas fueron confundidos con terroristas, y tras atacarlos a machetazos y causarle la muerte también asesinaron a Argumedo y Huáscar Morales.
En el libro "Uchuraccay, el pueblo donde morían los que llegaban a pie", publicado en el 2016 por los periodistas Víctor y Jaime Tipe Sánchez se afirma que los militares sí estuvieron en Uchuraccay en los días previos a la matanza.
En una entrevista a la agencia EFE Tipe Sánchez aseguró que patrullas militares llegaron al pueblo tanto a fines de diciembre de 1982 como a comienzos de enero de 1983 para dar "pequeños consejos de seguridad" a los pobladores y conformar un comité de autodefensa contra los senderistas. "Probablemente de ahí sale la famosa frase de que maten a los que vienen a pie", dijo, ya que los militares acostumbraban a llegar en helicópteros.
En el libro se revela la existencia de un documento con un compromiso de lucha contra Sendero que refrendaron 123 de comuneros de Uchuraccay y que permanecía en la subprefectura de la ciudad de Huanta, donde fue encontrado por el historiador Ponciano del Pino.
Han transcurrido 38 años y persiste la impunidad. Mientras tanto, los mártires de Uchuraccay, entre ellos mi amigo y colega Eduardo De la Piniella, ya pasaron a la historia como héroes del periodismo nacional.
¡Eduardo De la Piniella y mártires de Uchuraccay, siempre presentes!

domingo, 3 de enero de 2021

ASOCIACIÓN NACIONAL DE PERIODISTAS DEL PERÚ

 ANP: 239 ataques a periodistas en Perú durante el 2020

Informe completo: http://bit.ly/3aUG4uA

En el 2020 se han producido 239 ataques a periodistas y medios. Esta es la cifra más alta en lo que va del siglo, superando el récord del año 2007, cuando fueron registrados 212 ataques, según reporte de la Oficina de los Derechos Humanos de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP).

El año estuvo marcado por una coyuntura compleja: campaña electoral, pandemia, crisis política y protestas sociales. En este contexto el ataque con mayor incidencia contra periodistas fue la agresión física y verbal, con 76 casos; seguido por la amenaza/hostigamiento, con 53; y las trabas al acceso a la información, con 32.

Le siguen las intimidaciones judiciales (29), los discursos estigmatizantes (16), ciberataques (12) y las afectaciones laborales (8).

También se han presentado detenciones (6), robos (5), y una presión/sanción administrativa.

Sobresale la desaparición de la periodista Daysi Lizeth Mina Huamán, vista por última vez en enero durante la cobertura de las Elecciones Congresales Extraordinarias.

Periodistas vulnerables en provincias

Después de Lima (71) las provincias con más ataques registrados son Huaraz, Ica, Santa, y Tumbes, donde han sido reportados 9 ataques en cada una. Le siguen Cañete y Espinar con 7, y Cusco y Huánuco con 6.

Cabe resaltar que las provincias Ica, Espinar y Huánuco fueron, en algunos momentos del año, el foco de conflictos sociales, lo que propició ataques contra periodistas.

A estas les siguen Jaén, Pomabamba, Piura, San Ignacio y San Román, con 5 cada una. Continúan Callao, Chepén, Chiclayo, Maynas, Puno, Rioja y Utcubamba con 4 cada una.

Los agresores

Los agentes de seguridad (policía / militar / serenazgo / vigilante) propiciaron 84 ataques a periodistas; seguidos por civiles (65). Como se recuerda, la declaratoria del Estado de Emergencia Nacional facultó a las fuerzas del orden asumir conductas extraordinarias en un Estado de Derecho, esto permitió que cometieran excesos contra periodistas que realizaban labor informativa.

Los funcionarios fueron responsables de 58 ataques, seguidos por los elementos no identificados (22) y los empleadores (10).

Otros datos

En otras cifras, el ataque según el medio ubica en primer lugar a la prensa digital (103), que asumió predominancia ante el impacto que la pandemia generó en los medios tradicionales, y cuya presencia mayoritaria está en provincias.

Le siguen los medios del periodismo tradicional como son la prensa radial (56), televisiva (55) y escrita (25). En la mayoría de casos el ataque ha surgido a raíz del ejercicio del reporterismo.

En cuanto al ataque según el género o medio, los periodistas más atacados este año fueron los hombres (141), seguido de las mujeres de prensa (35). Una cifra igualmente considerable son los ataques dirigidos a perjudicar directamente los medios de comunicación, que alcanzaron los 63 ataques.

Casos emblemáticos

Durante el 2020 trascendieron algunos casos que, por su relevancia, tuvieron mayor impacto en la sociedad o en el sector. Entre estos figuran:

La desaparición de la periodista Daysi Lizeth Mina Huamán, reportera de Cable VRAEM, vista por última vez la tarde del 26 de enero al terminar la cobertura de la jornada electoral en el distrito Santa Rosa (provincia La Mar, Ayacucho). Desde ese momento su familia ha emprendido una lucha por encontrarla confrontando con la desidia del sistema de justicia.

La agresión al periodista chimbotano Carlos Luis Enríquez Salinas, quien fue atacado físicamente por el empresario local Alfredo Enrique Quispe Muguerza mientras cubría un conflicto por la posesión de terrenos del proyecto especial Chinecas. Además de ser violentado, fue denunciado.

El periodista Marco Antonio Morán Huanaco fue detenido por la policía de Mazamari bajo el argumento de perturbación de la tranquilidad pública. Además de ser detenido una funcionaria del hospital local lo querelló por el presunto delito contra la tranquilidad pública y la intimidad personal.

Lo acontecido en Juliaca (San Román) también sobresale. Agentes del orden, en distintas circunstancias, arrebataron el celular y borraron material fílmico a los periodistas Deyvid Rufino Apaza Ito y Julio Jaime Miranda Gonzales. Ambos hechos se dieron cuando los hombres de prensa cubrían operativos desarrollados por los efectivos militares o policiales. A esto se suman las restricciones y hostigamientos del alcalde provincial de San Román en contra de la prensa local.

Asimismo, en Puno el periodista Martín Salazar fue hostigado por agentes policiales que lo llevaron hasta la comisaría local; similar situación le pasó a Nélida Maquera, en la misma provincia, que recibió maltrato por parte de un agente militar cuando se dirigía a realizar cobertura periodística.

El reiterado maltrato de agentes policiales a periodistas de Tumbes fue señal de alarma. No solo se trataba de impedimentos de cobertura, también se vieron intentos de detención y cartas notariales a quienes cumplían su trabajo de informar a la ciudadanía lo que estaba aconteciendo.

Durante el conflicto social de Espinar el periodista Vidal Merma Maccarco fue atacado reiteradamente por la policía. Agresión física, borrado de material fílmico, desconocimiento de su rol como periodista y disparos hacia su persona (que no llegaron a impactarle) fueron algunos de los actos que tuvo que afrontar.

Los periodistas Pedro Eduardo Salinas Chacaltana y Paola Margot Ugaz Cruz también fueron atacados este año como consecuencia de su trabajo de investigación al Sodalicio de Vida Cristiana. Además de los procesos judiciales en contra de Paola Ugaz, este año denunciaron seguimiento hacia ellos y amenazas de muerte.

El semanario crítico Hildebrandt en sus 13 vio cómo se instrumentalizaba la figura de “protección de datos personales” para iniciarle un proceso administrativo sancionador que podría resultar en el cierre de la publicación.

La semana de protestas por la democracia queda para la historia por lo que ha significado, y para el sector periodístico, por los más de 40 ataques a periodistas y medios de comunicación que se dieron durante la misma. En estos días la represión policial significó el mayor peligro.

En Ica, los medios cerraron octubre con el despliegue policial más impresionante que habían visto. El allanamiento a medios fue el corolario a una secuencia de actos hostigantes (seguimientos) que recibía la prensa local por cuestionar al poder local; también sobresalió la amenaza al periodista radial Ricardo Herrera. A esto, se le debe sumar los ataques recibidos durante la segunda ronda de protestas de la tercera semana de diciembre, cuando personas desconocidas agredieron a periodistas y medios, y un funcionario hostigó a una reportera local.

El 2020, la afectación laboral en el sector no ha tenido precedentes. Más de medio millar de periodistas perdieron su empleo en Lima, otros tantos fueron sometidos a suspensión perfecta y medios regionales y periodistas locales sufrieron las consecuencias de la extrema precarización del ejercicio del periodismo independiente.

Lima, 31 de diciembre del 2020 

SECRETARIA EJECUTIVA DE COMUNICACIONES